Algunas cifras que nos ayudan a entender el fenómeno de las compras públicas en Chile son: • Los gobiernos conocen sólo el 3% de las soluciones que ofrece el mercado para resolver los problemas públicos. • El Sector Público chileno gasta alrededor de $13.000 millones de dólares al año a través del sistema de compras públicas de ChileCompra. • En Chile la innovación viene dada por los incentivos tributarios y por las subvenciones que el Gobierno entrega a diversas empresas, instituciones de investigación y a personas naturales a través de CORFO, CONICYT y otros organismos públicos. En 2015 el total de la inversión del Estado en I+D fue de $1.003 millones de dólares. Todo lo anterior nos muestra cómo el Estado juega un rol clave en el incentivo a la innovación privada y tiene una responsabilidad ineludible en la incorporación de innovaciones en los servicios públicos para mejorar la calidad de atención a los ciudadanos en los diferentes ámbitos del alcance del mismo Estado. Es así como las compras públicas aparecen como una gran oportunidad de ser gestionadas, en parte, con una óptica de proceso de innovación, buscando las mejores soluciones a problemas públicos sectoriales o transversales, y tomando el gasto en compra pública como una palanca para la innovación privada que a la vez genera innovación pública, a través de este “fondo de innovación” existente que son las compras públicas estratégicas. La compra estratégica sucede en un servicio público cuando existe la necesidad de resolver algún problema de la institución asociado al quehacer de la misma, donde no es nítido el producto o servicio que se quiere o debe comprar para generar valor público. Normalmente, las compras estratégicas se planifican año a año a través de los planes anuales de compra (PAC), y son requerimientos que vienen de las jefaturas de áreas o incluso como mandato del jefe de servicio. La compra estratégica no tiene directa relación al monto de dinero a desembolsar o presupuesto asociado, pero normalmente entre más estratégicas son representan un porcentaje mayor del gasto mensual o anual de un servicio público. Por su parte, se ha discutido mucho a nivel de países desarrollados, y sobre todo en entornos académicos y teóricos, respecto a qué es la Compra Pública de Innovación o la Innovación en la Compra Pública. Tenemos por un lado la definición de la Compra Pública de Innovación, que se refiere a cómo el Estado compra innovaciones, incentivando que el sector privado genere I+D+i en los productos y servicios que ofrece a instituciones públicas. Por otro lado, tenemos el foco puesto en la Innovación en la Compra Pública, donde el proceso es el innovador, y el Estado pasa de comprar soluciones predeterminadas a “licitar” problemas o desafíos que pueden resultar en la compra de diferente tipo de soluciones, que hoy no se conocen o no existen. Y de la intersección de ambos conceptos, nace la Compra Pública Innovadora, como programa oficial del Gobierno de Chile, que pretende impulsar una nueva lógica en las compras pública, incorporando la innovación como práctica, poniendo el foco en las necesidades y problemas de cada institución, y utilizando la contratación pública como herramienta estratégica, buscando incorporar innovación privadas en el ámbito público, que sean una real solución y mejoran la gestión y/o la calidad de servicio de cara a los ciudadanos.